Mg. Efraín Sáez Montero
Director General de Pastoral y Profesor Adjunto de la Facultad de Educación.
Universidad Católica de Temuco
Introducción
Queridas y queridos estudiantes, académicos y miembros de la comunidad universitaria:
Hoy nos convoca un tema urgente y profundo, que no es solo teórico ni tampoco solo espiritual, sino que toca directamente nuestras decisiones diarias y nuestro horizonte como sociedad. Hablaremos de ética; pero no de cualquier ética, sino de una ética que se atreve a proponer otro estilo de vida. Un estilo que no sea mero consumo, competencia y aceleración, sino cuidado, encuentro y responsabilidad.
Desde el Papa Francisco hasta el Papa León XIV, encontramos una línea de pensamiento coherente que no se limita a señalar problemas, sino que plantea caminos. Francisco nos habla de ecología integral y fraternidad universal. León XIV retoma esas ideas y las aplica a desafíos nuevos como la inteligencia artificial y la globalización económica. Hoy recorreremos juntos esas propuestas, no como algo lejano, sino como un mapa para nuestra acción personal y universitaria.
1. Ética y ecología integral (Laudato Si’)
Francisco, en Laudato Si’, nos recuerda algo que la ciencia confirma y la filosofía sostiene: no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social. Hay una sola crisis socioambiental.
Esto significa que la contaminación del aire y la desigualdad en nuestras ciudades son dos síntomas de una misma enfermedad: un modelo de desarrollo que privilegia el beneficio inmediato por encima de la vida misma.
En un mundo universitario, esta visión nos llama a repensar nuestros proyectos de investigación, nuestras carreras y nuestras decisiones profesionales. No se trata de producir conocimiento sin preguntar a quién beneficia y a quién perjudica. La ética que propone Francisco incluye límites: limitar el poder tecnocrático, que todo lo quiere resolver con tecnología sin preguntarse por el sentido; limitar el consumo desmedido, que no es sinónimo de libertad, sino de esclavitud a los deseos creados artificialmente.
La ecología integral es también una invitación a reconciliar ciencia, ética y espiritualidad. Todo está conectado: el agua que bebemos, la energía que usamos, las decisiones económicas que tomamos y la salud de los ecosistemas. No es una poesía verde; es un principio científico, teológico y moral.
2. Fraternidad y justicia global (Fratelli Tutti y Pacto Educativo Global)
En Fratelli Tutti, Francisco lanza un diagnóstico duro: nos hemos burlado de la ética, hemos trivializado la bondad, la fe y la honestidad. El resultado es un mundo que avanza rápido, pero sin rumbo.
En un contexto universitario, esto nos cuestiona: ¿formamos profesionales competentes pero indiferentes al sufrimiento humano?
La inequidad no es solo entre individuos; es entre países enteros. Un estudiante de ingeniería en una nación desarrollada tiene acceso a recursos impensables para un joven de la misma edad en una región empobrecida. Por eso Francisco habla de una ética de las relaciones internacionales: reconocer derechos colectivos y no solo individuales.
El Pacto Educativo Global refuerza esta idea al proponer superar fracturas: entre hombres y mujeres, entre economía y ética, entre humanidad y planeta. “Juntos” no es un eslogan: es una metodología. Significa que el aula debe ser un laboratorio de cooperación y no un campo de competencia feroz. Significa que la educación debe devolvernos la vocación de vivir en relación y no en aislamiento.
Hasta aquí, hemos recorrido las propuestas del Papa Francisco, que nos invitan a asumir una ética integral, fraterna y comprometida con la justicia. Sin embargo, la reflexión eclesial sobre estos temas no se detiene ahí. Sucesor en el ministerio petrino, el Papa León XIV retoma y actualiza estas intuiciones, aplicándolas a los desafíos emergentes de nuestro tiempo: desde la pobreza estructural hasta el impacto ético de la inteligencia artificial. Sus mensajes nos muestran que la ética no es estática, sino un horizonte vivo que debe dialogar constantemente con las transformaciones sociales, tecnológicas y culturales.
3. Caridad y justicia social (León XIV, IX Jornada Mundial de los Pobres)
León XIV nos recuerda que la ayuda al pobre no es un gesto opcional de bondad: es una cuestión de justicia. Cita a San Agustín: dar pan al hambriento es bueno, pero el ideal es que nadie pase hambre.
Esto nos obliga a ir más allá de la asistencia momentánea. En el ámbito universitario, significa que no basta con hacer voluntariado una vez al año; se trata de transformar estructuras que generan pobreza. Implica repensar la economía desde la equidad, el derecho desde la dignidad y la política desde el bien común.
4. Cuidado de la creación y reciprocidad responsable (X Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación 2025)
León XIV explica que “labrar” es cultivar, producir; “cuidar” es proteger y custodiar. Ambos verbos deben caminar juntos.
El mundo empresarial y tecnológico nos ha entrenado para “labrar” —es decir, producir más y más—, pero hemos olvidado “cuidar”. La consecuencia es que producimos riqueza para unos pocos y destrucción para muchos.
Para un público universitario, esto se traduce en un cambio de lógica: cualquier innovación, cualquier empresa, cualquier carrera que elijamos debe preguntarse no solo cuánto produce, sino cuánto cuida. La reciprocidad con la naturaleza es un imperativo ético, no un lujo estético.
5. Migración y proyecto de vida (111.ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2025)
Las migraciones son una de las realidades más visibles y complejas de nuestro tiempo. No son un fenómeno aislado, sino la consecuencia de guerras, pobreza, desastres ambientales y falta de oportunidades.
León XIV nos invita a preguntarnos no qué queremos tener, sino quién queremos ser. En la universidad, este cambio de pregunta es radical: ¿formamos personas que aspiran solo a un salario alto o personas capaces de construir comunidades justas, hospitalarias y sostenibles?
6. Economía del compartir (Mensaje a la FAO)
La multiplicación de los panes no es, según León XIV, un truco mágico, sino una lección económica: cuando se comparte, alcanza para todos. Este principio, que parece ingenuo en una economía competitiva, es de hecho la base de modelos alternativos de desarrollo como la economía solidaria o el comercio justo.
En la universidad, este mensaje puede inspirar incubadoras de proyectos que no midan su éxito solo en beneficios monetarios, sino en impacto social.
7. Inteligencia artificial y criterio ético superior (Mensaje a la II Conferencia Anual sobre IA, Ética y Gobernanza Empresarial)
Aquí León XIV toca un tema de absoluta actualidad: la inteligencia artificial. Advierte que no basta con evaluarla desde la eficiencia o el beneficio económico; hay que hacerlo desde un criterio ético superior. Esto significa poner siempre primero la dignidad humana, el respeto cultural y la diversidad de los pueblos.
Para una universidad, esto implica que carreras como ingeniería, derecho, comunicación o medicina deben integrar una formación ética sólida para que sus egresados no sean solo técnicos brillantes, sino guardianes del bien común en la era digital.
Conclusiones
De Francisco a León XIV, se dibuja una ética que no es mera teoría, sino un llamado a transformar nuestro estilo de vida. Es una propuesta integral: cuidar la casa común, vivir la fraternidad, buscar la justicia social, acoger al migrante, compartir los bienes, y discernir éticamente el uso de la tecnología.
Las universidades no están al margen de este llamado; son actores clave para formar generaciones capaces de liderar este cambio.
Si no lo hacemos, el mundo seguirá acelerando hacia el abismo. Si lo hacemos, abriremos caminos hacia un futuro más humano, más justo y más fraterno.


